Se Retoma CASO 2645, Fecha 27 de Marzo de 1993
Testimonio, Acusada Margaret Jones, Fecha 15 de Noviembre de 2009
Desperté mareada y cansada, me sentí desorientada, con la cabeza revuelta; me encontraba envuelta en sabanas blancas de los hombros hasta los pies, veo como se extiende una mancha roja a lo largo de la blancura de mis envoltorios, proveniente de mi pecho, la sangre mojaba tibiamente mi piel, me sumergía en su color y siento una especie de sosiego más parecido a la inconsciencia por toda la sangre que había perdido.
Él no estaba a mi lado, intente inútilmente ponerme de pie, el disparo me impedía siquiera respirar bien, con los últimos alientos logre levantarme para mirar la ventana. Harry estaba allí cavando un hoyo en el jardín donde tenía plantados mis tulipanes; pensaba que yo estaba muerta y preparaba el lugar para enterrarme tarareando una canción que no distinguí,
- Maldito - musite.
Camine hasta la tabla del piso de madera que daba a los pies de nuestra cama, quite parte del relleno aislante y saque una daga envuelta en un pañuelo de terciopelo negro, la tome y cerré nuevamente la tabla. Mire por la ventana, él ya no estaba, solo su pala, un montón de tierra y mis flores recién plantadas destrozadas, me escondí en el armario junto al balcón.
Espere con atención sus pisadas. El sudor frío recorría mi rostro no me moví ni un centímetro, escuche la puerta y el dijo:
- ¿Cariño?
Dijo cuando descubre la cama vacía, yo lo observaba por la ranura del armario
- Escapó, ¿pero cómo?
Tenía una pistola en la mano, salió al balcón y se recostó en la baranda mientras maldecía al viento y a su suerte. Salí despacio del armario empuñando la daga se dio vuelta antes de que pudiera atacarlo, me tomo por el brazo y me dijo:
- Pensaba que habías muerto -
- hace falta más que un tiro para acabar conmigo -
Me libere y le di una puñalada en la mandíbula él me tomo del brazo y se lanzo por el balcón, descendimos tres pisos, caí sobre él le di una última puñalada en el pecho con la cual murió. Moribunda me puse de pie y mire a mi esposo muerto en el suelo del patio trasero.
Entre a la casa y tome el teléfono que estaba en la sala destruida y marque el número de la policía.
- Eso es todo lo que puedo decir sobre esa noche, no recuerdo nada más antes de despertar en cama oficial.
- ¿Qué paso antes de que quedaras inconsciente?
- Recuerdo un gran altercado que tuve con Harry, él corrió hacia el pasillo mientras yo le gritaba y su cara seguida de un disparo. ¿Qué cree que pueda hacer el abogado con este testimonio?
- Creo que no será suficiente para aminorar la condena.
- Lo sé, solo quería que lo supiera.
- ¿Por qué no confeso antes?
- Hasta ayer recordé lo que pasó ese sábado en la tarde.
CUENTO DE:
LAURA ALEJANDRA PIÑEROS CORREA 11 A J.M. CMCF
ILUSIÓN
-¡Por favor!, decía, -que vuelva, que vuelva pronto.
Pero nada sucedía, sus ojos tristes no tenían una respuesta.
Duraba horas hasta que el frío implacable lo obligaba a buscar refugio.
Ya en su guarida, resignado, se quedaba dormido, y al despertar el alba, su mirada ansiosa, nuevamente revivía anhelosa.
Cubría su cuerpo con aquel viejo saco desgastado; se colocaba su gorra azul y se ponía a merced del día.
Caminaba presuroso hacia ese sitio que siempre lo esperaba frío y desolado.
Allí aguardaba pacientemente, hasta que llegara la hora de comenzar su labor; tenía que estar tranquilo, porque aun no pasaba nadie.
Mientras tanto su mente no dejaba de pensar:
-¿Por qué? ¿Que estaré haciendo mal? ¿Sera que no me esfuerzo lo suficiente? Pero si siempre yo le escuchaba decir que si uno pedía con fe, se cumpliría.
¡Ya se! Ésta noche procurare estar más tiempo afuera, quizás esa sea la respuesta: bueno claro está, si puedo llegar más temprano, o si el cansancio o el frío no me obligan a desistir.
Mientras pensaba en esto, vio como a lo lejos se acercaba una mujer, hacia el terminal en que estaba ubicado; Esteban rápidamente, saca su mano y la extiende tímidamente, hacia ella y le dice:
-¡Buen día, señora!, no he comido nada, ¿podría usted darme algo?
La señora algo sorprendida, lo mira y responde:
-¡Por Dios!, ¡pero si son apenas las cinco de la mañana!, ¿qué hace una criatura tan pequeña y sola en un sitio tan peligroso como este?
Esteban respondió:
-Aquí trabajo señora, es mi forma de ganarme la vida.
-¿Ganarte la vida?
Pero... ¿acaso tus padres no viven contigo?
-No, señora, éramos mi madre y yo únicamente; pero ella tuvo que irse, no sin antes prometerme, que regresaría por mí.
Aquella mujer que parecía tan afanada, no pudo evitar la necesidad de quedarse a seguir escuchando lo que aquella pequeña voz le decía.
-¿Irse? ¿A dónde?
-A un sitio muy lejano a donde solo van las personas que están cansadas.
-¿Cansadas, de qué?
-De todo señora, ella estaba muy cansada de tanto luchar para que los dos tuviéramos que comer, pero sobre todo, de luchar contra su propio cuerpo que ya estaba desgastado de tanto dolor; pues ella siempre vivía tosiendo; y últimamente, se quejaba mucho, porque varias veces cuando llovía, nos mojábamos; y ella cubría mi cuerpo, para protegerme mientras trabajaba; y después que se mojaba, le hacía mucho daño; un día no aguantó y decidió descansar.
La mujer se estremeció y casi sin poder hablar preguntó:
-¿Acaso tu madre murió?
-No, señora, ella solo se quedo dormida mientras decía, que estuviera tranquilo; que ella no se iba a ir de mi lado.
-¿Y dónde está su cuerpo?
-Cuando ella se durmió, vinieron unos señores y se la llevaron en un carro blanco, y desde entonces la espero.- ¿Sabe una cosa señora? Cuando era más pequeño y me enfermaba, yo siempre la veía como miraba al cielo, pidiéndole que me aliviara; y después de algún tiempo, yo ya estaba bien; por eso ahora, todas las noches yo hago lo mismo; y sé que pronto ella regresará.
La mujer calló; y tratando de contener el llanto, lo acarició y le preguntó:
-¿Te gustaría venir conmigo? Quizás yo pueda ayudarte
-No señora, es usted muy amable; solo quiero algo para comer, y cuando haya comido, regresaré a esperar a mi madre.
-Pero ella puede tardar.
-No importa señora; solo quiero que cuando ella llegue, me encuentre esperándola; o de lo contrario se afanaría y su cuerpo se volvería a cansar; y no quiero ser el causante de un nuevo dolor.
La mujer al verlo tan ilusionado, no quiso decepcionarlo; y decidió que mientras esto sucedía, ella iba a estar allí para él todos los días;... por eso tomó la decisión de decirle:
-¿Qué te parece si todos los días, cuando yo venga al terminal, te traigo comida, ropa o juguetes, para que no tengas que quedarte aquí todo el día, y puedas ir mas pronto a esperar a tu madre?
-¡Que buena idea señora! (sus ojos brillaban intensamente); muchas gracias, eso si se lo puedo aceptar; pero tengo que advertirle algo; si algún día no regreso, no se vaya a preocupar; solo significará, "que ha regresado mi madre".
FIN
JUAN SEBASTIÁN CALDAS FINO - 11º JM
El Computador de Mi Casa
Aunque no muy moderno pero si muy útil, el computador de mi casa se ha convertido en un gran amigo para mis hermanos y para mí. En el encontramos muchas cosas bonitas, canciones, tareas, videos, juegos y aquello que tanto le gusta a la gente grande; pero... ¿que es aquello? Siempre tuve curiosidad; tanto que un día me di a la tarea de investigarlo; aprovechando un descuido de mis hermanos, me senté frente al ordenador, abrí la ventana del buscador y escribí: ”Temas para gente grande”. Cual sería mí sorpresa al ver tantos resultados.
Sin pensarlo dos veces, di clic en lo primero que encontré y apareció un letrero enorme que decía:
-¿Te gustaría ser grande?
- ¡Claro! ...pensé para mis adentros.
-Quiero dejar de ser chico y que no me sigan tratando como a un niñito.
-Esta es la oportunidad que estabas esperando, decía.
-Tú vales mucho... Puedes cumplir tus sueños...Lograrás cuanto te propongas, porque tu eres un ser capaz de realizarlo todo...
Después de un buen rato, me di cuenta que alguien allá en ese buscador, pensaba que yo era un adulto, por que me daba muchos consejos y veía en mí todo lo bueno que yo soy.
Nunca nadie me había hecho sentir tan especial, pues en mi casa todos viven muy ocupados.
Estaba tan interesante la lectura que no me percaté de la llegada de mi mamá. Poniendo su mano en mi hombro, me pregunto:
-¡Manuelito! ¿Que haces? ¿Por qué entraste al internet sin mi autorización?
Fue tan grande mi sorpresa que no pude hablar. Ella viendo la pantalla, leyó en voz alta:
-“Temas para gente grande”...
No sé por que, pero noté que se sonrojó. Luego siguió leyendo y ya más calmada me dijo:
-Sabes que no puedes estar aquí si no estas con tus hermanos o conmigo.
Yo le explique todo. Ella sonriendo me dijo:
-No quieras crecer tan rápido; los temas de los adultos son algo complicados de entender, ya llegará el momento de poder saberlo todo. Por ahora solo puedo decirte que no es nada interesante y que no hay como la inocencia de los niños.
Con estas palabras me tomó de la mano y me llevó hasta la cocina. No sin antes preguntarme:
-¿Quieres leche y galletas?
-¡Sí!
Y contento me fui con ella.
Ahora sé por que las personas mayores pasan horas frente al computador y ya no quieren hablar con los demás .Por que allí los entienden y les dan consejos.
Me gustaría tanto que todos los adultos me hablaran así como la persona del computador y que supieran que yo ya no soy un niño, que entiendo muy bien todo, por que he puesto en práctica lo que leí ese día. Por eso puedo decir con orgullo que “yo ya soy grande”.
FIN
Manuel Esteban Caldas Fino 6A M
LA SOMBRA DEL AMOR
(LEYENDA)
(LEYENDA)
Llegue a mi casa después de un arduo día de trabajo, me sentía tan agotada el cansancio se reflejaba en mi rostro, mis ojos negros grandes y llamativos me exigían a gritos dormir, el jefe no me dejaba en paz, al parecer luego de que cerré el negocio del año con la multinacional, el veía en mí su gran minita de oro, aunque ser la favorita del jefe era de mucho orgullo, tengo que aceptar que me toca hacer el doble de trabajo que mis compañeros, según él, tengo mayores conocimientos que los demás, pero yo más que nadie sé que lo único que ve en mí es un empleado más que le hace ganar mucho dinero.
Cuando llego a mi casa, puedo percibir la fría y angustiosa soledad que me acompaña, a pesar de todo extraño a mi familia, pero ni modo, mis hermanos cada uno con su familia, y mis padres disfrutando del maravilloso clima de la ciudad de Miami, como desearía estar allí, creo que pronto tendré que pedir mis merecidas vacaciones en compensación a tanto trabajo.
Luego de tomarme un vaso de leche caliente, me sumergí en un profundo sueño, quizás el sueño más maravilloso de toda mi vida…
Era un hombre alto su piel era tan blanca como la luna, de cabellos negros y ojos azules, tan azules como el mar, su mirada iba directamente a mí, y me trasmitía tanta paz, tanto amor, sentía la necesidad de no despertar nunca jamás de aquel sueño tan hermoso que estaba viviendo, lentamente se dirigía a mí, tomo mi mano derecha y sin hablar me guiaba a una inmensa roca que estaba justo en frente de nosotros, allí se podía apreciar un mundo paralelo, un mundo mágico, el agua cristalina, los niños jugando a la orilla del mar, creando hermosos castillos de arena, aquel hombre me seguía mirando y señalaba con su dedo índice cada uno de los lugares de aquella rara isla.
Poco a poco empecé a sentir una gran tristeza, pensé que quizás ya me estaba despertando, pero no la tristeza provenía de lo más hondo de mi corazón, los niños que jugaban a la orilla del mar rápidamente iban desapareciendo, y en un parpadear de mis ojos no había nadie , excepto aquel hombre y yo, lo mire y una lagrima corría por su mejilla, como si él estuviera sintiendo la misma tristeza que yo, aun así me seguía mirando con la misma ternura como al principio, mire frente a mí, pasaban uno a uno los momentos más tristes de mi existencia, mis fracasos, mis errores, la enfermedad que por poco mata a mi padre, y las ocasiones donde me sentía tan sola en mi habitación, sin más remedio que llorar, pero hubo algo que me impresionaba más y más, era que en cada uno de esos momentos, aquel extraño hombre junto a mí, había estado siempre a mi lado, era como mi sombra, al pasar cada una de la imágenes veía como se construía con mi dolor , en pocas palabras aquel mágico hombre se había hecho de mis lágrimas, de mi tristeza, comprendí que siempre estuvo ahí conmigo, jamás me dejo sola, jamás estuve sola, porque aquella sombra que me acompañaba en mis frías noches era alguien que recogía mis lágrimas para volverlas amor ternura y felicidad, tal y como lo reflejaba su pura y limpia mirada.
Lo mire, pude notar la felicidad que le dio, al fin yo conocía aquel extraño personaje que me acompaño toda mi vida, sin dudas ni preguntas en ese instante sentí como si lo conociera de toda la vida, y con un dulce y tierno beso, selle aquel pacto de amor que sin palabras nos juramos los dos.
Cuando desperté, sentí un frio que rondo toda mi habitación, jamás vi la luna resplandecer tanto, era extraño pero me sentía al fin acompañada, una presencia ajena a mi rondaba por el lugar, más exactamente a mi lado, y un indescriptible calor rozo mi mejilla, haciéndome sentir inmensamente feliz…
Desde entonces, me siento acompañada ya la soledad que me rondo por años se había convertido en una presencia mágica que poco a poco comencé a amar y sentir, aquel hombre mágico y extraño se había convertido en el único hombre de mis sueños, desde aquel fantástico sueño comprendí, que ahora la sombra del amor, del más puro y limpio amor acompañaría de ahora en adelante todos los días de mi vida.
Cuando llego a mi casa, puedo percibir la fría y angustiosa soledad que me acompaña, a pesar de todo extraño a mi familia, pero ni modo, mis hermanos cada uno con su familia, y mis padres disfrutando del maravilloso clima de la ciudad de Miami, como desearía estar allí, creo que pronto tendré que pedir mis merecidas vacaciones en compensación a tanto trabajo.
Luego de tomarme un vaso de leche caliente, me sumergí en un profundo sueño, quizás el sueño más maravilloso de toda mi vida…
Era un hombre alto su piel era tan blanca como la luna, de cabellos negros y ojos azules, tan azules como el mar, su mirada iba directamente a mí, y me trasmitía tanta paz, tanto amor, sentía la necesidad de no despertar nunca jamás de aquel sueño tan hermoso que estaba viviendo, lentamente se dirigía a mí, tomo mi mano derecha y sin hablar me guiaba a una inmensa roca que estaba justo en frente de nosotros, allí se podía apreciar un mundo paralelo, un mundo mágico, el agua cristalina, los niños jugando a la orilla del mar, creando hermosos castillos de arena, aquel hombre me seguía mirando y señalaba con su dedo índice cada uno de los lugares de aquella rara isla.
Poco a poco empecé a sentir una gran tristeza, pensé que quizás ya me estaba despertando, pero no la tristeza provenía de lo más hondo de mi corazón, los niños que jugaban a la orilla del mar rápidamente iban desapareciendo, y en un parpadear de mis ojos no había nadie , excepto aquel hombre y yo, lo mire y una lagrima corría por su mejilla, como si él estuviera sintiendo la misma tristeza que yo, aun así me seguía mirando con la misma ternura como al principio, mire frente a mí, pasaban uno a uno los momentos más tristes de mi existencia, mis fracasos, mis errores, la enfermedad que por poco mata a mi padre, y las ocasiones donde me sentía tan sola en mi habitación, sin más remedio que llorar, pero hubo algo que me impresionaba más y más, era que en cada uno de esos momentos, aquel extraño hombre junto a mí, había estado siempre a mi lado, era como mi sombra, al pasar cada una de la imágenes veía como se construía con mi dolor , en pocas palabras aquel mágico hombre se había hecho de mis lágrimas, de mi tristeza, comprendí que siempre estuvo ahí conmigo, jamás me dejo sola, jamás estuve sola, porque aquella sombra que me acompañaba en mis frías noches era alguien que recogía mis lágrimas para volverlas amor ternura y felicidad, tal y como lo reflejaba su pura y limpia mirada.
Lo mire, pude notar la felicidad que le dio, al fin yo conocía aquel extraño personaje que me acompaño toda mi vida, sin dudas ni preguntas en ese instante sentí como si lo conociera de toda la vida, y con un dulce y tierno beso, selle aquel pacto de amor que sin palabras nos juramos los dos.
Cuando desperté, sentí un frio que rondo toda mi habitación, jamás vi la luna resplandecer tanto, era extraño pero me sentía al fin acompañada, una presencia ajena a mi rondaba por el lugar, más exactamente a mi lado, y un indescriptible calor rozo mi mejilla, haciéndome sentir inmensamente feliz…
Desde entonces, me siento acompañada ya la soledad que me rondo por años se había convertido en una presencia mágica que poco a poco comencé a amar y sentir, aquel hombre mágico y extraño se había convertido en el único hombre de mis sueños, desde aquel fantástico sueño comprendí, que ahora la sombra del amor, del más puro y limpio amor acompañaría de ahora en adelante todos los días de mi vida.
LEYDI ESTEFANIA GAVIRIA DECIMO B JORNADA TARDE
EL PAYASO CUPONCITO
Había una vez un payaso llamado cuponcito era el mas juguetón y chistoso siempre hacia reír a los niños contándoles muchos chistes, e historias y cuentos pero un día se encontró con un viejo amigo el cual estaba muy triste y deprimido entonces cuponcito le dijo unos chistes sonrió y fueron platicando por mucho tiempo hasta que el amigo le dijo que porque no iba hacer reír a los niños y cuponcito alegre acepto ir al circo y le iba muy bien por eso despertó la envidia de otro payaso y el quería hacerle daño lo llevo hacia donde estaban los animales peligrosos y lo encerró junto con ellos pero los animales no le hicieron daño porque cuponcito era muy juguetón con los animales.
LEIDY STEFANIA LOPEZ PINZON
GRADO 5B
JORNADA MAÑANA
COLEGIO CIUDADANOS DEL FUTURO.